Perdida.

+No encuentro el camino, no se salir de aquí, no entiendo el destino, veo que me perdí.
-Si te perdiste búscate, no hay otra solución, encuentrate entre tus lágrimas, y dile adiós al perdón.

sábado, 19 de marzo de 2016

Tan tonta, tan ilusa.

Tan tonta, tan ilusa, asi se sentía ella.
Veía como se dejaba la piel por mantener a la gente a la que quería a su lado sin recibir nada a cambio, veía como el mundo se le caía pedazo a pedazo, veia como la persona que ella quería no sentía lo mismo.
Sentía que todo lo vivido no había servido de nada, que todo había sido una maldita farsa y en parte así era. Evasivas, escusas, cualquier cosa para no verse mientras ella luchaba por ello, se preocupaba, para que luego la otra persona cuando se suponía que estaba enferma se iba de fiesta o salía con sus amigos, no con ella.
De nada la servía ir a dar una sorpresa a alguien o pretender que fuera feliz ya que luego tan solo recibia caras de asco, llantos, desconfianza, escusas evasivas, lo que fuera con tal de no estar con ella y dios, la hacía daño, y tanto que la hacía daño. Estaba rota, muy rota por dentro, los pedacitos que la formaban eran practicamente imposibles de reunir, poco a poco, date tiempo, la decían a veces ¿tiempo? Tiempo le faltaba o le sobraba según se mirase, como tuviera que esperar para que se rehiciera todo su ser por dentro probablemente llegaría el día de su muerte y aún quedarían cosas por reconstruir. Estaba muy rota, llena de complejos y de destrozos que la sociedad y la gente le habían causado y aquello de dar y no recibir la mataba, muchísimo, la agotaba, apenas era capaz de estar tranquila, de verse cómoda con el mundo en general, todo le costaba, quería morirse pero le faltaba valor hasta para eso, no podía resistirse a mirar armas letales con recelo, con ganas de tenerlas dentro pero claro, todo aquello eran sueños, fantasías, en realidad le daba miedo hacer daño a alguien al hacerse daño a si misma aunque sabía que no era así, ¿quien iba a echarla de menos? la respuesta estaba clara, nadie y eso la mataba aun mas por dentro.
"Ojala llegue el día en que tanta pena me mate" llegó a pensar a veces. Pero todos sabían que no era así. "Ojalá" ¿cuántos ojalás habría pronunciado a lo largo de su vida? Muchísimos pero, no, de nada servía hablar o pensar para luego no actuar, de nada y tan solo le quedaba sentarse y esperar a que todo pasara cuanto antes, a sufrir lo menos posible, a que la gente cambiara y, aunque sabía que no era posible, no era capaz de llegar a más asique no le quedaba otra. "Sentarse y esperar, paciencia, poco a poco, algún día llegará" En esas diez miserables palabras se basaba su día día, así seguiría siendolo hasta su muerte, que por fin, sería feliz y estaría contenta, todo habría acabado.

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