Perdida.

+No encuentro el camino, no se salir de aquí, no entiendo el destino, veo que me perdí.
-Si te perdiste búscate, no hay otra solución, encuentrate entre tus lágrimas, y dile adiós al perdón.

domingo, 3 de mayo de 2015

Quizás.

Quizás estaba rota y nadie lo veia. Puede que incluso fuera una rosa marchita. Nadie se daba cuenta pero ella sufría. Sufría el dolor de amar y no ser correspondida, el de no ser comprendida por nadie y el de aquella espina que cada día más se hundía en el fondo de su ser, de su alma, de su todo. Él era quien realmente le sacaba una sonrisa diaria, con sus bromas, con sus chistes, con sus tonterias y con los absurdos comentarios que habitualmente hacía. Pero, a pesar de ello él no la quería. Ella a él si pero, no era correspondida. Cada vez que la miraba, se sonrojaba y apartaba la mirada. Le costaba sostenerse en pie cuando él estaba cerca, las piernas le temblaban y su cuerpo flojeaba. Nadie se daba cuenta. Ni él, ni sus amigos, ni su familia, ni nada pero ella estaba rota y había perdido el rumbo de su vida.

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